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Volver al trabajo, problemas para sacarse leche o el temor de no producir lo suficiente son algunos de los problemas que se viven durante el período de lactancia materna.
Lo más recomendable es consultar a un especialista, informarse bien y seguir sus consejos.
La lactancia materna es la forma de alimentación que tienen los niños durante los primeros seis meses de vida, aproximadamente, y cubre sus necesidades inmunológicas y nutricionales.
Para algunas madres la lactancia es muy sencilla desde el primer momento, en cambio, para otras es como una habilidad que debe adquirirse y, por lo tanto, deben practicar hasta hacerlo correctamente. Sin embargo, el momento de volver a la vida laboral puede suponer una nueva dificultad.
Aunque lactancia y trabajo no son incompatibles, hay madres que renuncian al amamantamiento al reincorporarse al mundo laboral porque les parece un proyecto absolutamente impracticable.
Esto está contemplado por ley, incluso, dar de mamar puede ayudar a que el regreso de la mujer al trabajo sea más fácil, para ella y su pequeño.
Alimentar a nuestros hijos implica algo más que sólo darles de comer. También conlleva ternura e intimidad que compartimos durante ese momento tan especial. Esto permitirá a los pequeños tolerar mejor la ausencia de su madre en caso de tener que separarse, por lo que la adaptación a la nueva situación será menos dolorosa.
Siempre que sea posible, hay que intentar trabajar a tiempo parcial durante los primeros seis meses. O reajustar el horario con el fin de poder darle más tomas al niño. Otra opción es preparar la mamadera con leche propia y refrigerarla.
¿Poca Leche?
Uno de los temores más comunes de las madres, es que produzcan poca leche, pero en la mayoría de los casos este temor es infundado. Si temes no tener leche suficiente, observa primero los signos de que tu bebé está recibiendo la cantidad que necesita.
Consulta el control del peso del bebé. Si realmente produces demasiada poca leche, pregunta a tu especialista en lactancia cómo aumentar la producción y mantén el contacto con tu médico.
Varias mamás encuentran que sacarse la leche a mano, sin sacaleches, es más cómodo, aunque se requiere aprender la técnica. La extracción artificial es menos complicada, ya que existen varios tipos de sacaleches eléctricos o manuales (de émbolo o palanca).
El aparato se coloca sobre el pecho elegido y se bombea el émbolo hasta que se produzca el vacío, poco después fluirá la leche.
Consejos sobre la leche materna
La leche se puede mantener de seis a ocho horas a temperatura ambiente, si no hace mucho calor. Refrigerada se conserva sin problema dos días, en un recipiente de cristal o de plástico que cierre bien.
No es necesario esterilizar, pero sí lavar y secar bien el envase. Lo mejor es utilizar cada día la leche de la jornada anterior y tener una reserva congelada para emergencias, por si algún día no es posible sacarse.
Se puede conservar de tres a cuatro meses en un congelador, pero debes ser precavida y etiquetar el envase con la fecha de extracción y de congelamiento.
Para descongelarla, debes hacerlo lentamente, dejándola en el refrigerador unas horas antes o justo antes de usarla poniendo la bolsa o el tarrito bajo el chorro de agua fría.
Al congelar, no llenes las botellas-biberón/bolsas de congelación más de las ¾ partes para dejar espacio para la expansión.
Etiqueta con la fecha de extracción las botellas-biberón/bolsas de congelación.
No conservar la leche materna en la puerta del frigorífico.
Con la finalidad de preservar los componentes de la leche materna descogelar toda la noche en el refrigerador o manteniendo las botellas-biberón/bolsas en agua templada (max 37º C).
Agite suavemente las botellas-biberón/bolsas de congelación para mezclar la grasa que se haya separado.
Nunca descongeles la leche materna en un horno microondas o en un cazo con agua hirviendo (peligro de quemadura).