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Durante noviembre las altas temperaturas se han hecho sentir con fuerza en gran parte de Chile. Y lo más probable es que aumenten cuando lleguen los meses de verano.
Factores como el sol, el calor, la humedad y los cambios en la alimentación, son algunas de las causas de numerosos problemas de salud.
Sin embargo, en Aló Médico te queremos contar que hay otro elemento que nos resulta primordial explicar. Se trata de la naturaleza de los patógenos.
El calor y las bacterias
Tal como en invierno los virus aprovechan las bajas temperaturas para causar enfermedades respiratorias, con las bacterias ocurre lo contrario, ya que éstas prefieren el calor.
Mientras más bajas sean las temperaturas, más dificultades tienen las bacterias para crecer. De hecho, ese es principal motivo por el cual guardamos los alimentos perecibles dentro del refrigerador, ya que el frío inhibe el crecimiento de las bacterias.
Si la temperatura ambiente es más bien alta, estos microorganismos crecerán más rápido. Y esto es justamente lo que ocurre durante el verano, que es cuando las temperaturas son más óptimas para su desarrollo y replicación.
Por ejemplo, si la temperatura ambiente es de 5°C, a las bacterias se les dificultará mucho más crecer que si se está a 25°C. En cualquier caso, es importante aclarar que las temperaturas muy altas (más de 70°C) eliminan esrtos agentes patógenos.
Y es por esto que muchas enfermedades bacterianas tienen mayor incidencia durante los meses más calurosos.
Enfermedades producidas por bacterias durante el verano
Gastroenteritis
Se trata de una infección de la mucosa del estómago y el intestino delgado por transmisión alimentaria. Puede ser causada por agentes infecciosos, como virus y bacterias, aunque en los meses calurosos suelen ser de origen bacteriano.
El principal peligro de esta enfermedad está en la población infantil, los ancianos y los inmunodeprimidos, ya que pueden presentar problemas de salud asociados a la deshidratación y que se originan debido a la diarrea y los vómitos. Como dato a considerar, en los países más pobres, la gastroenteritis es la principal causa de mortalidad infantil.
Salmonella
La salmonelosis es otra intoxicación alimentaria muy común en el verano. Su contagio ocurre por comer carnes mal cocidas, frutas y verduras que no se lavaron bien, huevos crudos o productos lácteos sin pasteurizar.
Tal como otras bacterias, la salmonella crece mejor a altas temperaturas, por lo que es muy importante respetar las normas higiénicas y cocer o lavar muy bien los alimentos antes de consumirlos.
Entre los síntomas están la fiebre, diarrea, dolor abdominal, náuseas, vómitos, dolor de cabeza y fatiga. El tratamiento médico, por lo general, no es complicado.
Cistitis
Ésta es la enfermedad urológica más común y afecta mayormente en los meses cálidos. Además, se enfoca principalmente en las mujeres, cuando se quedan mucho tiempo con el traje de baño mojado, lo que incrementa las probabilidades de una infección de la vejiga por bacterias.
Algunos de los síntomas más comunes son la necesidad constante de orinar, dolor al hacerlo, fiebre moderada, molestias en la pelvis, orina con mal olor y presión en la parte baja del abdomen. En estos casos, el tratamiento con antibióticos suele ser efectivo.
Conjuntivitis
Cuando se inflama o infecta la membrana transparente que recubre el párpado y la parte blanca del globo ocular, se puede producir la conjuntivitis.
Las causas más frecuentes pueden ser una infección viral, una reacción alérgica o una bacteria.
Muchas veces, contribuyen factores como cambios bruscos de temperatura, el cloro de las piscinas o la sal del agua de mar.
En caso de infecciones de origen bacteriano los síntomas más frecuentes son dolor en los ojos, hinchazón, enrojecimiento y lagrimeo, entre otros.
En próximos posteos hablaremos sobre otras patologías comunes durante los meses estivales.