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Para todo niño estar de cumpleaños implica mucha ansiedad de que sus amiguitos lleguen a disfrutar junto a él de la fiesta. Usualmente, los padres de los pequeños no necesitan de mucha imaginación para decidir la comida que debe haber en el cumpleaños de su hijo.
Llenan la mesa de bebidas azucaradas, papas fritas, hamburguesas, pizzas, frituras y variados tipos de golosinas, siguiendo la tendencia de la mayoría de las familias chilenas.
Sin ninguna restricción para comer, los niños pueden llegar consumir, en dos horas de fiestas, calorías equivalentes a dos comidas del día. Es así como muchas mamás, para evitar la preparación del cumpleaños, prefieren celebrarlo en locales de comida rápida, que últimamente están muy de moda.
Los hábitos de alimentación se aprenden antes de los ocho años, es por ello que los padres deben ser responsables con la nutrición de sus hijos y no deben utilizar los dulces o la comida chatarra como forma de premiarlos, pues por esta razón siempre están presentes en las celebraciones.
Si en los niños uno genera la costumbre de que las golosinas son premios por un acto bien hecho, se está cometiendo un grave error en la manera en que los pequeños ven la comida. Por lo que exigirán a sus padres que el día de su cumpleaños esté llena de dulces y frituras.
Exceso de calorías
Cuando los niños presentan sobrepeso a temprana edad su tendencia es a desarrollar obesidad en la adultez. Esto se debe principalmente a que las células grasas van aumentando proporcionalmente a la cantidad de grasas consumidas y, eventualmente, es muy difícil revertir esta reproducción celular.
Y lo más grave es que la obesidad conlleva otras enfermedades como la diabetes, hipertensión, alteraciones del sueño, caries y hasta problemas de personalidad y autoestima.
Las golosinas son alimentos procesados, que contienen un alto contenido de hidratos de carbono, grasas, sal, colorantes y saborizantes. Por lo tanto, su ingesta en los cumpleaños implica un aporte anormal y exagerado de calorías para un niño.
Un pequeño que tiende a comer mucho durante estas celebraciones puede llegar a consumir entre 800 y 1000 calorías (lo recomendado diariamente son 1.000 a 1.400), y si a esto agregamos que varios de ellos luego llegarán a comer a su casa, la ingesta es altamente excesiva.
Lo ideal en estos casos es hacer calzar los horarios de comidas con las fiestas para evitar un desajuste alimenticio. Otra opción es que si nuestros hijos van a un cumpleaños en la tarde, el almuerzo sea más sano y no hacerlos comer de noche, lo más óptimo es que en las celebraciones los padres empiecen a cambiar las golosinas por alimentos saludables que pueden tener una presentación entretenida para hacerlos más deseables por los niños.
Comida chatarra por alimentos saludables
Para evitar que los cumpleaños sean unas bombas calóricas y aprovechar de mejorar los hábitos alimenticios de los niños se pueden cambiar las golosinas y frituras por alimentos caseros que sean más nutritivos.
Una buena celebración va a depender de que se pueda disponer de un gran espacio para jugar y fomentar el movimiento organizando, por ejemplo, juegos en equipo para que los niños no estén todo el tiempo comiendo. También se pueden cambiar las bebidas azucaradas por jugos naturales y las golosinas por brochetas de frutas, por ejemplo.
Con imaginación y un poco de trabajo se puede tener un cumpleaños infantil muy entretenido y sano. Primero se puede optar por cambiar las golosinas y dulces por fruta y para que ésta llame la atención de los pequeños puede ser presentada en brochetas o cortadas en diferentes formas.
Las frituras pueden ser sustituidas por frutos secos o deshidratados, verduras con diversas salsas, quesos o gelatinas. Y en vez de bebidas azucaradas, tener las versiones light o directamente cambiarlas por jugos de frutas naturales.
Una buena alimentación parte por el ejemplo que le damos a los pequeños en nuestras casas. No hipotequemos su salud y ayudemos a que crezcan sanos.