Hasta hace algunos años, el parto era una situación en la cual la mujer era asistida por parteras, madres y otras mujeres.

Las mamás daban a luz en sus casas, rodeadas de un ambiente hogareño y familiar. Los padres solo veían a sus recién nacidos después de que eran limpiados, envueltos en una frazada y la mamá descansaba en cama.

Hoy en día, nos solo los partos son conducidos en un ambiente clínico y por profesionales de la salud, sino que también los padres tiene la posibilidad de asistir al parto y ser participes de todo evento relacionado.

En los últimos años, ha aumentado la tendencia hacia las prácticas antiguas y naturales. El parto natural, como se le llama hoy, está ganando adeptas en todas partes y en nuestro país ya hay clínicas y hospitales que ofrecen este servicio.

¿Qué es el parto natural?

Básicamente, es una manera de dar a luz sin la intervención médica. Nada o casi nada de tecnología envuelta en el proceso. Esto significa vivir el parto sin la ayuda de medicamentos (ni siquiera de analgésicos).

Recibir escasa o nula atención médica, como el monitoreo fetal continuo, las cesáreas o las episiotomías y permitir que sea la mujer quien conduzca el proceso del trabajo de parto y el alumbramiento, de la forma que le resulte más cómoda.

El parto se inicia espontáneamente. A la madre se le permite elegir la posición de parto que más le acomoda, que generalmente suele ser en cuchillas, ya que esta posición permite la mejor salida del bebe, y es la que las madres instintivamente adoptan.

Durante el parto natural la matrona y el resto del equipo médico adoptan un rol supervisor.

¿Para quién es el parto natural?

Casi todas las mujeres pueden tener un parto natural, solo deben tener un embarazo normal y fisiológico y poseer conocimientos básicos que aprenden en cursos de preparación que duran aproximadamente ocho semanas.

Son pocas las instancias en las cuales un parto natural puede tener contraindicaciones, como un embarazo múltiple, patología previa de la mamá o del bebe o alguna patología propia del embarazo. Afortunadamente esto ocurre en menos del 10% de los casos.

¿Cómo controlar el dolor del trabajo de parto?

Las mamás que están en trabajo de parto inevitablemente entran en un estado mental en el cual están más conectadas con su cuerpo y su experiencia y menos conectadas con lo exterior.
Esto les permite enfocarse en su cuerpo, visualizar y relajarse durante las contracciones, así manteniendo el control de la situación (dentro de lo posible) y sintiéndose más capaces de afrontar su parto.

Muchas técnicas existen para disminuir el dolor de las contracciones, respiración, masajes, el uso del agua, relajación, etc. Durante un parto natural existe la posibilidad de usar métodos complementarios como flores de Bach y acupuntura entre otros.

¿Cuáles son los beneficios de un parto natural?

Libertad de movimiento, ya que la mamá no está conectada a monitores ni sueros. Por lo que la mujer tiene una mayor capacidad de adoptar posiciones que alivien la presión y el dolor.

La recuperación es más rápida después del parto. Estudios muestran que los bebes nacidos en partos naturales están mas alerta al nacer y que tienen más interés en comportamientos asociados a la lactancia, como chupar, tocar los pechos de la mama, etc.

También tienden a tomar más leche (que en verdad es calostro al principio) en los primeros 90 minutos de nacidos.